domingo, 22 de marzo de 2015


Lovemarks: La marca dentro del corazón



Cuando hablamos de construir una marca, un producto, una imagen, etc. Más allá de todo, buscamos que esta se quede en la mente de nuestro consumidor, es decir, el siempre codiciado top of mind.
Sin embargo, mientras el tiempo avanza, las tendencias de los consumidores también irán avanzando, es por esto que cuando a marcas respecta, lo que se busca ahora ya no es llegar al pensamiento, sino de manera más importante aún, penetrar en la parte más emocional de los consumidores.

El objetivo de crear una lovemark, no es otro sino el de enamorar a las personas, crear experiencias, suspenso, alegría y sobre todo convertirse en parte de la vida de cada una de ellas. De tal manera, esta marca se quedará impregnada como una experiencia de vida, un recuerdo, una historia, o tal vez por el simple hecho de tener una filosofía afín a la que tiene un consumidor.
Estos vínculos emocionales que se crean, simplemente harán que la lealtad hacia la marca sea aún más grande, poniendo el amor por encima de la razón y sobre todo, juntando dos conceptos que en cierto punto parecían no tener congruencia uno con el otro: marca y amor.
Una lovemark no debe ser necesariamente un producto específico. Puede ser un lugar, una persona, instituciones, etc. Siempre y cuando tengan elementos que se conviertan en algo emocional para los clientes.


El secreto para llegar a este punto, conlleva algunos factores que pueden ser importantes.
Uno de estos es la sensualidad de la marca, ese punto llamativo, que logra alcanzar los sentidos del consumidor y genera una sensación buena en su totalidad. De igual manera es muy importante que la marca establezca una relación casi directa con sus consumidores, es decir que exista una intimidad.
Finalmente hay que tomar en cuenta marcas como Disneyland, Pixar, Coca Cola, etc. Que mantienen un total respeto hacia su publico externo, tanto como a su público interno. Eso le da una estabilidad a la marca.

En conclusión, podemos decir que estas "marcas amadas", se vuelven parte de la piel de cada consumidor. Sin importar lo alcanzables o inalcanzables que sean para la persona, estas se convertirán en parte de sus vivencias, de su mente y de sus emociones. Lo importante es generar un vínculo único e irrepetible con el consumidor, llenar sus sentidos de manera que lleguen a sentir que la marca es parte de su vida. 



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