La donación de órganos, que tantas vidas puede llegar a salvar a lo largo del año, es un gesto solidario que lamentablemente muchas personas pasan por alto (por no ser conscientes quizás de su vital importancia).
El drama asociado a la carestía de donantes de órganos es aún mayor cuando hay niños enfermos de por medio. Por eso, y para concienciar a los japoneses de la necesidad de implicarse mucho más en este gravísimo problema, la organización Green Ribbon Project y la agencia Dentsu han alumbrado una adorable campaña, "Second Life Toys", de la que es casi imposible apartar los ojos.
En esta ingeniosa campaña varios animales de peluche rotoscobran vida de nuevo gracias a las generosas donaciones de otros juguetes. Un elefante sin trompa ve reemplazada, por ejemplo, esta característica parte de su anatomía con la cola de una ardilla, un oso “resucita” con los brazos de un mono y una ballena vuelve a nadar gracias a la cola y las alas de un dragón.
Los peluches trasplantados de “Second Life Toys” son tan o más achuchables que los originales y son una magnífica excusa para abrir la veda de un tema, la donación de órganos, que no está desgraciadamente en el ADN de la mayoría de los nipones.
En el país del Sol Naciente sólo 300 personas reciben trasplantescada año, aunque en realidad los necesitan hasta 14.000 habitantes.
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