El horror, al que le gusta agazaparse en las equinas, se aproxima casi siempre a sus víctimas con extraordinario y sibilino sigilo y, cuando hace acto por fin acto de presencia, lo hace para dejar con la piel de gallina a todos aquellos que tienen la mala fortuna de cruzarse en su camino.
Así queda a las claras en el spot "Granatapfel", ganador de un oro en el certamen Young Director Award de Cannes.
El anuncio, creado para UNICEF por tres estudiantes de la Academia de Cine de Baden-Württemberg, se las ingenia para tener al espectador con el corazón en un puño (y hacerlo finalmente añicos).
Una madre y su hija que salen a la búsqueda de alimentos en unaciudad arrasada por la guerra protagonizan el spot. Al final, en el escenario sombrío de una fábrica abandonada la hija se las ingenia para encontrar lo que parece a priori un apetitoso bocado y acaba convirtiéndose en un manjar envenenado (y mortal).
Detrás de este magnífico anuncio, que pretende concienciar al espectador de las dificultades de los niños que viven en zonas de guerra, están los estudiantes Christian Schilling, Johannes Schmidt y Justin Braun.
La música que pone el broche de oro al “Granatapfel” lleva la firma Alexander Wolf David, mientras que el diseño de sonido del spot corre a cargo de Robin Harff y Floyd Fürstenau.
Viendo el delicioso buen hacer de spots como “Granatapfel” está claro que el futuro de la publicidad está más que asegurado (y en muy buenas manos).
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