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La publicidad cada vez adquiere más tintes sociales y es que los consumidores demandan un mayor compromiso de las marcas con las sociedades en las que operan. Pero, ¿qué pasa cuando son estos los hipócritas? Unicef ha querido reflejar a través de su última campaña la doble moral que puede llegar a tener el ser humano en base solo a sus prejuicios.
Anona es una niña de seis años responsable de protagonizar su última acción para concienciar sobre la vulnerabilidad e invisibilidad que sufren las personas sin hogar. Para ello se plantean dos situaciones en las que la niña está perdida en la calle.
En la primera aparece con ropa elegante y aseada y los transeúntes no dudan en pararse a preguntar si está perdida. En el segundo caso Anona aparece vestida con ropa sucia y desaliñada. Tan solo una persona se detiene a interesarse siendo ignorada por el resto.
Un golpe creativo de eficacia de la mano de Switch Communications para Unicef con el objetivo de concienciar sobre la situación de los 167 millones de niños que vivirán en la pobreza en 2030 si no hacemos algo por solucionarlo.
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