El pensamiento mágico influye en el consumo de las personas
Este pensamiento no es nada más que el deseo por deseo de creer en lo improbable. No es
raro, por ejemplo, quienes compran la lotería incurren enseguida en fantasías
sobre volverse millonarios, empiezan a inventar la forma en que se gastarían el
dinero e incluso se sienten enojados por las deducciones que se aplicarán sobre
la fortuna inexistente.
Hugo Mastrodoménico, profesor e
investigador del programa de Publicidad de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, investigó
sobre cómo los publicistas ayudan en este tipo de pensamiento para crear
mensajes que convenzan a los jóvenes de consumir algo.
En un estudio con 419 universitarios, Mastrodoménico expuso a los jóvenes a piezas publicitarias extranjeras, algunas de las cuales apelaban al pensamiento mágico; el objetivo era determinar la influencia que estos contenidos tenían en la toma de decisiones de los estudiantes.
De acuerdo con el investigador, se confirmó que los participantes fueron persuadidos, en algún momento, por este tipo de pensamiento; además, que estos mostraron firmeza a lo relacionado con la religión, los anuncios y el pensamiento mágico popular.
En un estudio con 419 universitarios, Mastrodoménico expuso a los jóvenes a piezas publicitarias extranjeras, algunas de las cuales apelaban al pensamiento mágico; el objetivo era determinar la influencia que estos contenidos tenían en la toma de decisiones de los estudiantes.
De acuerdo con el investigador, se confirmó que los participantes fueron persuadidos, en algún momento, por este tipo de pensamiento; además, que estos mostraron firmeza a lo relacionado con la religión, los anuncios y el pensamiento mágico popular.
La mayoría de las personas compran prodcutos o servicios, creyendo llenar sus espectativas. |
En algún momento de la vida, todo individuo acaba creyendo
en lo improbable. “Aunque la persona sabe que hay una cierta probabilidad de
engaño, una parte de su ser quiere creer. Cuando el niño está creciendo, vive
en un mundo donde los problemas se resuelven a su favor con solo pedir la ayuda
de un ser superior que lo cuida (mamá, papá u otra persona). Cuando tenemos dificultades, incluso las
personas más racionales notan el pensamiento mágico”.
En ese sentido, el
investigador propone educar al consumidor y al ciudadano para que sean conscientes
del arte de la persuasión y la entiendan y defiendan, pero que a la vez sean
críticos y denuncien trucos, mentiras y engaños. “La gente elige
libremente, pero no lo hace bien porque, debido al pensamiento mágico, termina
creyendo en situaciones que son improbables”, comenta Hugo Mastrodoménico.
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