AdBlockers: Un Problema de Marca
En nuestras vidas hay poco espacio para las cosas que no nos interesan, de hecho hay muy poco, incluso, para todas las cosas que nos interesan.
Por el simple hecho de que me gusten los deportes, no podemos prestar atención a todos los que quieran contarme algo sobre deportes, ni a todos que creen tener un contenido relacionado con los deportes, ni si quiera a todos los que tienen un producto relacionado con mi deporte favorito… libros, audio, productos, merchan, viajes, eventos, publicaciones… toneladas de información que podría hacer que me dejara de gustar lo que me gusta.
Este principio tan absurdo en nuestra vida es algo igualmente absurdo en nuestra vida digital, a pesar que muchos no lo entiendan.
Hoy navegar por las redes es como llevar una camiseta diciendo ‘Me gusta el Deporte’ y pasearte por un Mercadillo de barrio… todo tipo de vendedores ambulantes intentarán venderte algo relacionado.
¿Por qué si en nuestro mundo no funciona, crees que funcionará en mi versión digital?
Esta invasión comercial en nuestros canales digitales ha hecho proliferar los famosos AdBlockers, unos sencillos programitas que evitan que te asalten 800 pop-ups o anuncios en las páginas que más visitas. Una protección contra los vendedores ambulantes del mercadillo.
Esto ha llevado a debate el modelo de negocio de algunas de las páginas que más visitas, paradójicamente… ¿Por qué? Porque para que puedas disfrutar gratuitamente de muchos de los contenidos de la red, necesitan tener ingresos de los espacios publicitarios que venden… que no son otros que los que tu AdBlocker está bloqueando. Y si lo bloquea, no hay impacto, si no hay impacto no hay ingreso, no hay modelo de negocio, caput!
De ahí que algunas páginas de contenidos hayan decidido vetar la entrada a aquellos usuarios que usen AdBlockers en su navegador.
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