Como es bien conocido la publicidad de artículos de limpieza para el hogar se basaba en personas en su mayoría mujeres, que se quejaban de lo mal que olía su casa, el poco brillo que sacaba el lavavajillas o lo mal que quedaba la ropa después del lavado.
Los estereotipos se han ido presentando una y otra vez en los comerciales donde no encuentran una fórmula para vender que no sea mostrar las miserias y basurillas del ama de casa de turno para presumir las propiedades de su producto.
Los departamentos de mercadotecnia de las marcas que se dedicaban a este tipo de productos consideraban que su potencial se centraba fundamentalmente en las clases más "populares", personas poco dadas a pensar más de la cuenta.
Es por esto que las cosas están cambiando poco a poco. Como en esta publicidad de la gama de ambientadores Poett que arma una historia ciertamente original en torno al ambientador que usan en casa. Un relato que todo tipo de público puede entender y valorar.
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