Es un
documento escrito que incluye básicamente los objetivos de tu empresa, las
estrategias para conseguirlos, la estructura organizacional, el monto de inversión
que requieres para financiar tu proyecto y soluciones para resolver problemas
futuros (tanto internos como del entorno).
Se ven
reflejados varios aspectos clave como: definición del concepto, qué productos o
servicios se ofrecen, a qué público está dirigida la oferta y quiénes son los
competidores que hay en el mercado, entre otros. Esto sin mencionar el cálculo
preciso de cuántos recursos se necesitan para iniciar operaciones, cómo se
invertirán y cuál es el margen de utilidad que se busca obtener.
Contrario
a lo que algunos emprendedores imaginan, desarrollar un plan de negocios
resulta menos complicado de lo que parece. Si bien cada proyecto es diferente,
todo parte de tener una idea y materializarla por escrito con base en cinco
puntos básicos:
-Estructura
ideológica. Incluye
el nombre de la empresa, así como la misión, visión, valores y una descripción
de las ventajas competitivas del negocio
-Estructura
del entorno. Se
fundamenta en un análisis de las fortalezas y debilidades de la empresa, así
como del comportamiento del sector en el que se desarrolla, tendencias del
mercado, competencia y clientes potenciales
-Estructura
mecánica. Aquí se
enlistan las estrategias de distribución, ventas, mercadotecnia y publicidad,
es decir, qué acciones hay que ejecutar para lograr el éxito de la idea de
negocios.
-Estructura
financiera. Este
punto es esencial pues pone a prueba –con base en cálculos y proyecciones de
escenarios– la viabilidad de la idea, hablando en términos económicos, y si
generará un margen de utilidad atractivo.
-Recursos
humanos. Ayuda a
definir cada uno de los puestos de trabajo que se deben cubrir y determina los
derechos y obligaciones de cada uno de los miembros que integran la
organización. No importa si estás arrancando tú solo, esto será tu base para
asegurar el crecimiento de tu empresa.
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