A veces a la publicidad le da por ser brutalmente honesta y, totalmente despojada de “mentirijillas”, conecta muchísimo mejor con el consumidor.
Consciente del excepcional poder de la honestidad en la publicidad, el fabricante estadounidense de chips Qualcomm ha alumbrado una campaña que le hinca el diente a una verdad como un templo: que durante las pausas publicitarias en la televisión el televidente tiene la fea costumbre de tener el rostro pegado como una lapa a la pantalla de su smartphone.
Con esta campaña, integrada por dos spots, Qualcomm pretende poner de relieve que da igual lo que se abra paso en la pantalla del televisor (un estrafalario baile bávaro o un padre practicando el noble arte del “beatboxing”) porque el telespectador no prestará atención y tendrá la mirada invariablemente posada en su teléfono inteligente.
Aun así, a Qualcomm poco o nada le importa que el espectador haga caso omiso a sus anuncios, ya que su tecnología es la que hace tan endiabladamente adictivos a los smartphones.
La nueva campaña de Qualcomm, que se mira de alguna manera en el espejo de la celebrada campaña “Unskippable” de Geico, lleva la firma de la agencia McCann Nueva York y el director Lance Acord (de la productora Park Pictures).
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