El negocio de la
creatividad viral
SamyRoad es una empresa ‘online’ que pone en contacto a personas
influyentes en redes sociales con las marcas
Son capaces de pinchar la
burbuja del fenómeno de los influenciadores en Internet en menos de dos frases.
Su negocio va de eso.
Patricia Ratia, Marta
Nicolás y Juan Sánchez comparten generación (1986, son millennials) y empresa.
Dejaron sus trabajos —en Deloitte y L’Oréal, respectivamente— para montar
SamyRoad en 2012. La startup, que cerró 2016 con 1,5 millones de facturación,
es una gran galería que sirve de punto de encuentro a creadores, categorizados
por influencia y área temática en Internet, y marcas que los buscan para que
promocionen sus productos a través de contenidos personalizados.
La influencia es la
capacidad y la fuerza para prescribir un sitio, un producto, una prenda de
ropa, un coche… Y la influencia online, o sea, el peso en redes como YouTube,
Instagram o Twitter, es hoy la moneda más cara de Internet. Hasta la irrupción
de las redes sociales en la vida de los ciudadanos, esa labor la hacían los
líderes de opinión desde los medios. Marcas, publicistas, creadores y
consumidores saben que esto ha cambiado y que Internet iguala a todos los
interlocutores. Las marcas lo conocen, pero aún les falta una estrategia.
“Saber quiénes son, dónde están, qué hacen, cómo hablan y cuánto cuesta
pagarles”, apunta Patricia Ratia, responsable financiera de la startup. “Muchas
marcas y agencias aún no conectan con las nuevas generaciones que se manejan
con la imagen y, sobre todo, en vídeo”.
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