El
sexo en la publicidad
Una colonia, un café, un coche, un refresco o
unos cosméticos pueden ser el santo grial del éxito sexual. ¿Venden felicidad
los anuncios publicitarios? Claro, siempre y cuando se adquiera el producto que
venden y se siga el ritual. No asegura nada ni garantiza una noche en cama
ajena, pero ayuda a ganar seguridad de cara al sábado por la noche, en el coto
de caza. Está la finalidad de la felicidad actual en el sexo mediante publicidad.
Se usa el sexo como reclamo para atraer
compradores porque, aunque no lo pretendan, "esto se trata de mover
dinero". Lo hacen las discotecas con sus promociones especiales tipo
Chicas Party donde las mujeres no pagan y sí los hombres. ¿Hay quejas? Pues
bueno, aparte de los sectores de la lucha por la igualdad, nadie o casi nadie
iba a poner el grito en el cielo. "Durante muchos años se ha abusado del
reclamo sexual para vender y, últimamente, la gente está más saturada de
ello".
Sin embargo, De Córdoba advierte que "hay
que tener en cuenta que, en muchos casos algunos usos, especialmente de la
mujer, hoy son considerados (y con razón) sexistas, al mostrarla como un
objeto". Guido Corradi, psicólogo experto en temas de consumo, opina que
la tarea del publicista "es hacer lo que creen que es mejor para ellos y
si seleccionan esa forma de vender es porque les debe parecer efectiva. Está en
manos del consumidor transmitirle con sus acciones que quizá no queremos ese
tipo de mensajes (por ejemplo, cuando usan juguetes etiquetados por
género)".
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